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Rabdomiosarcoma

El rabdomiosarcoma es un cáncer que se desarrolla en las partes blandas del cuerpo (lo que está entre la piel y los huesos) y se cree que se origina en los precursores de las células musculares.

Suele aparecer en la zona de la cabeza o el cuello, pero también puede presentarse en cualquier otra localización como en las extremidades o en los órganos genito-urinarios.

En general ocurre entre los 2 y los 6 años de edad aunque existe un pequeño aumento de casos entre adolescentes de 14 a 18 años. En estos, suele aparecer en los brazos o en las piernas.

Síntomas

Dado a que el tumor tiende a crecer rápidamente, sus síntomas son bastante obvios comparados con los de otros tipos de cáncer infantil, por lo que los médicos deberían sospechar rápidamente de la enfermedad. Puede aparecer como un bulto o hinchazón, que se ve, se toca y por lo general no duele ni está enrojecido, como ocurre en otras situaciones que producen “tumoraciones" (por ej. infecciones). Los otros síntomas dependen de la ubicación del tumor. Por ejemplo, un tumor en la cabeza o en la cara, puede producir un abultamiento en alguno de los ojos, a veces generando dificultad en la visión, y ahí sí causar dolor, ya que el tumor puede lastimar los huesos de la cara. Aquellos que se originan en el sistema genito-urinario pueden causar sangrado o dificultad al orinar.

Diagnóstico

El diagnóstico definitivo depende de la biopsia. La extensión del tumor se estudia con resonancias y, para buscar si se ha ido a otra parte del cuerpo, se usan: tomografía, para los pulmones; centellograma, para estudio de los huesos y punción de la médula ósea. A veces es necesario estudiar el líquido cefalorraquídeo mediante una punción lumbar, por ejemplo, cuando se origina en una zona cercana al cerebro. 

Tratamiento

Normalmente, el tratamiento se inicia con quimioterapia para reducir el tamaño del tumor y hacerlo más fácilmente operable y, además, comprobar si responde al tratamiento. Es importante realizar la cirugía para poder sacar el tumor en forma completa. A veces se necesita complementar esta parte del tratamiento con radioterapia. Después de estos procedimientos se debe continuar con quimioterapia y en algunos casos, luego de la misma, se pasa a un tratamiento más tranquilo que se llama “mantenimiento”.

Cuando el tumor no se pueda operar, porque está cerca de órganos vitales o porque la extirpación puede causar una desfiguración seria (por ej. los que se originan en la cara o cerca del cerebro), la radioterapia reemplaza a la cirugía, siendo esta de gran utilidad para poder curar la enfermedad. 

Una vez que finaliza el tratamiento, son muy importantes los controles periódicos (normalmente cada 3 meses) para ver que la enfermedad no vuelva a aparecer y para controlar las posibles secuelas que pueda haber dejado el tratamiento o el paso de la enfermedad en sí.