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El juego

La importancia del juego 

En el desarrollo infantil, no existe actividad ni aprendizaje alguno en el niño que no pase por el juego. No se trata sólo de una actividad más. El juego es fundamental porque mediante el mismo el niño puede escenificar la forma en cómo vive e interpreta su ambiente. Le ofrece además los medios para poder desplegar en escenas, tanto sus fantasías como sus diversas emociones.

Jugar también es un proceso creativo en el que el niño puede crear y re-crear la realidad que vive para poder enfrentarla y adaptarse a ella. Es a través de él que aprende el mundo que le rodea, interactúa con los objetos y resuelve problemas. Involucra su cuerpo y también pone en escena distintas modalidades de comunicación.

El juego durante la hospitalización

El niño, diagnosticado de algún padecimiento físico que requiere hospitalización, es sometido a una experiencia fuertemente emocional. Su condición de enfermedad, su estadía en un espacio físico ajeno al familiar, rodeado de personas que a su vez le son desconocidas, expuesto a experiencias sobre su cuerpo que en muchos casos le infringen dolor y malestar, son vivencias que generan en él un sin fin de situaciones emocionales, como pueden ser angustia, temor, enojo, entre otros, y a las que él debe encarar junto con el soporte afectivo que le brindan sus padres y/o familia.

Esos estados anímicos pueden obstaculizar y limitar la evolución de su padecimiento o incluso dificultar su estancia en el hospital, por lo que poder ofrecerle un espacio de juego en un ambiente hospitalario y a cargo de personal capacitado es de vital importancia. 

El equipo de salud reconoce que el juego tiene un papel central en la vida de los niños y a través del juego terapéutico puede conocerlos más, entender cómo viven y enfrentan su situación de enfermedad, y así poder crear las estrategias de intervención más convenientes para que su tiempo en el hospital sea más fácil y menos estresante.

El objetivo del juego terapéutico es que el niño comprenda lo que sucede con su cuerpo y por qué, y cuál puede ser su participación en vías de su recuperación.

Salas de Juego

Muchos hospitales tienen salas de juego en el Servicio de Hemato-Oncología. Estas salas existen para facilitar el juego natural y espontáneo. Si el médico lo autoriza, es aconsejable que los niños asistan a ella. Hay que tener en cuenta que el personal que coordina la sala de juego es parte del equipo de salud que se ocupa del cuidado del niño y por lo tanto, está entrenado para poder observar también su comportamiento y evaluar si está experimentando resistencia a los procedimientos médicos, miedo excesivo, pasividad, etc.

Los niños se relajan cuando juegan y así pueden expresar los miedos que producen el ambiente hospitalario, los procedimientos médicos y el personal. La internación puede confundir al niño, pero el juego le da la posibilidad de hacer preguntas y dramatizar sus preocupaciones. Se busca que pueda jugar aún estando enfermo. Se intenta también que pueda sentir que el hospital es un “lugar amigable” donde, si bien debe pasar por situaciones difíciles, también puede ser un lugar de juego, risas y alegría.

Por otra parte, en la sala de juego, el niño se encuentra con otros niños que atraviesan situaciones similares e incluso en algunos hospitales los hermanos pueden unirse al juego. La familiaridad con los equipos médicos y con el personal los ayuda a aliviar la angustia relacionada con el bienestar de su hermano o hermana.

Los terapeutas de juego pueden visitar también a los pacientes que están internados, con el mismo propósito de promover el juego.

Las salas de juego pueden también estar equipadas para que los niños mayores y adolescentes descarguen sus energías haciendo artesanías o con juegos apropiados para la edad. La música es un buen recurso para estas situaciones.

Las organizaciones de ayuda a niños con cáncer de todo el país son muchas veces las responsables de coordinar estas Salas. Muchas de ellas cuentan además con Salas de Juego en sus sedes, cercanas al centro de tratamiento.